Manual de insultos con Ricardo III

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Una de las obras de Shakespeare que más me ha gustado es Ricardo III. Esta teleserie isabelina tiene de todo: amor, venganza, asesinatos, complots, guerra, ¡y mucho más! Lo que me encanta de esta obra es que tiene un villano espectacular, el villano de villanos. Es como si Ricardo III fuera al mismo tiempo Scar, Darth Vader, Cruella de Vil, Lord Farquaad. Pero, por alguna razón, igual nos cae bien.

Ricardo III no solo es un personaje de Shakespeare, sino que fue un rey de Inglaterra desde 1483 a 1485 (solo dos años), en el contexto de la Guerra de las Rosas.

No voy a entrar en el detalle de la Guerra de las Dos Rosas porque es muy larga y complicada, pero dejémoslo por ahora con que tras la derrota de Ricardo III, la guerra que había desgastado y dividido a Inglaterra por 30 años se termina y comienza un periodo de paz, bajo el reinado de los Tudor.

Como Shakespeare escribe durante el reinado de Isabel I de la casa Tudor, la figura de Ricardo III era la de un enemigo del pasado. Alguien indeseable. ¿Y cómo podemos representar que alguien tenía que caernos mal? Pues haciéndolo feo, muy feo.

En la obra, Shakespeare lo deja muy claro. Pone en palabras del mismo Ricardo que fue “a golpes acuñado”, que es “carente de gracia”, “privado de la hermosa proporción”, y “deforme, incompleto”.

El resto de los personajes tampoco son simpáticos con él y su físico. Lady Anne (Acto I, escena 2) le dice cosas tan amables como:

  • Aborto nacido antes de tiempo

  • Monstruoso y aberrante

  • Horrible ministro del infierno

  • Bulto de sucia deformidad

  • Siniestra infección en forma de hombre.

Por su parte, Margarita le dice en el Acto I, Escena 3:

  • Perro

  • Cerdo marcado por el espíritu del mal

  • Aborto

  • Engendro detestable

  • Sapo ponzoñoso y jorobado

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Durante mucho tiempo se pensó que Ricardo III fue, efectivamente, un hombre monstruoso, deforme y horrible. Eso explicaría la cantidad de asesinatos y engaños que cometió para llegar al trono. Obvio, solo alguien tan feo por fuera podía hacer actos tan malos.

En las representaciones de la obra, siempre se muestra a Ricardo III como un hombre jorobado, cojo, con una mano inservible, horrible.

Pero todo eso cambió el 2012, cuando debajo de un estacionamiento en Leicester se descubrió el cuerpo de este personaje casi mítico de la historia de Inglaterra. Pero el cuerpo que había estado desaparecido por más de 500 años no era el de un monstruo espantoso, sino el de un hombre común y corriente que tenía escoliosis.

¡Plop! El villano maquiavélico parece que no era tan terrible como se decía, solo fue una gran exageración. Pero Shakespeare no era un historiador, y no le podemos pedir precisión histórica. Solo podemos agradecer que haya escrito una obra tan buena como Ricardo III, y por habernos dado un excelente catálogo de insultos dignos de Paquita la del Barrio (me refiero a su canción “Rata de dos Patas”) y que podemos usar hasta el día de hoy.

¿Cuál es el insulto que más les gusta? El mío es “sapo ponzoñoso y jorobado”. ¡Genial!

Bonus: ¿sabías que la Guerra de las Dos Rosas inspiró al autor de Game of Thrones?

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