A las Olimpiadas con Leónidas de Rodas
Ahora que empieza el buen tiempo dan ganas de hacer deporte. A mí me encanta ponerme las zapatillas y salir a trotar en las mañanas. Creo que a muchos nos pasa que nos gustaría ser más atléticos de lo que somos, incluso si ya hacemos deporte.
Aunque por más que nos esforcemos, no vamos a llegar nunca al nivel de Leónidas de Rodas. Obvio, porque él fue el mejor atleta de la historia.
Leónidas nació en el siglo II aC en Grecia, y como todo buen atleta de su época, participó en las Olimpiadas. Éstas eran encuentros deportivos y diplomáticos entre las polis griegas, quienes dejaban de luchar entre sí cada cuatro años para celebrar a Zeus en la ciudad de Olimpia y para competir entre ellas en el ámbito deportivo.
Pongámonos en el lugar de Leónidas. El año 164 aC llega a Olimpia a competir, junto con muchos otros atletas hombres. ¡Las mujeres no podían competir en las Olimpiadas! Lo más probable es que la esposa de Leónidas se quedara en su casa, cuidando a sus hijos, haciéndole barra en la lejanía (ni siquiera había celulares o tele en la época para saber si ganaba o no).
Leónidas habría llegado a competir y se habría sacado la ropa para quedar completamente desnudo, como era la costumbre en la época. ¡El ejercicio físico era también un ejercicio espiritual! Los griegos buscaban lograr la perfección tanto en su espíritu como en su cuerpo, ¿y de qué sirve un cuerpo perfecto, musculoso y atlético si es que no puedo mostrarlo? Imagínense que en los gimnasios de ahora tuviéramos que ir desnudos y ver gente desnuda, ¿iría menos gente a entrenar o iría más que ahora? (yo creo que iría más gente… de puro mirones).
Luego de empilucharse, Leónidas habría comenzado a competir. ¿En qué se competía en las Olimpiadas de la Antigüedad? Se competía en disciplinas individuales, como carreras a pie, carreras a caballo, lucha, lanzamiento de disco y jabalina. En el caso de Leónidas, él compitió en tres carreras a pie distintas, ¡y las ganó!
Leónidas no ganaba medallas de oro como hoy, sino que una corona de laurel. Algunos podrían estar decepcionados con ese premio. “Pero si el laurel lo puedo sacar del jardín, no tiene nada de especial”, podrían decir. “Es como ganarse un saco de mandarinas, pero más fome aún”. Pero para los griegos, el laurel era importantísimo. Creían que el mismo Heracles (Hércules) había traído el laurel a Grecia. Quien ganaba una corona de laurel era considerado semejante a un dios. (De todas maneras, si algún día yo gano una carrera espero que me den una medalla de oro, como corresponde, y no laurel).
Lo que hace especial a Leónidas no es solo que obtuvo tres triunfos en las Olimpiadas del 164 aC, sino que volvió a ganar tres veces en las Olimpiadas del 160 aC, luego en las del 156 aC y finalmente en las del 152 aC. ¡12 triunfos individuales!
Recién el año 2016 la marca deportiva de Leónidas fue superada por Michael Phelps al lograr 13 medallas de oro por carreras individuales. Pero Leónidas fue el mejor deportista durante más de 2 mil años. No todos logran esa hazaña.
Ahora los invito a ponerse las zapatillas (¿sacarse la ropa?) ¡y a correr!