El burro crucificado

Hagamos un ejercicio. Cierra los ojos (mentalmente, o si no, ¡no vas a poder seguir leyendo!) e imagina lo siguiente: eres un arqueólogo y viajas a Roma a desenterrar un antiguo edificio en el Monte Palatino. Tienes una antorcha en tu mano (porque si uno se imagina que es un arqueólogo, es la oportunidad de ser como Indiana Jones y tener antorchas) y logras encontrar un pasadizo para entrar a ese lugar que ha estado escondido durante cientos de años. Te acercas a una pared de piedra, sacas el polvo acumulado y una que otra raíz o insecto, y ves una imagen grabada en la piedra (“¡Descubrí algo! Valió la pena que me dieran esta beca para investigar”). En la imagen se ve un hombre que está de pie, al lado de una cruz (“¿es la cruz de Jesús?”). En la cruz hay alguien clavado… (“¡Sí! ¡Es Jesús! Le achunté”) y esa persona clavada tiene cabeza de burro (¡¿cómo?!).

¿Quién es el crucificado con cabeza de burro? ¿Podría ser Jesús, adorado como Dios por millones de personas? ¿Pero cómo puede ser eso, si tener cabeza de burro es un símbolo de burla? Pues sí. De hecho, ese Jesús con cabeza de burro el primer Jesús que podemos ver en la historia.

Las imágenes tradicionales de Jesús crucificado han tenido un inmenso upgrade desde su primera representación pictórica. Hoy son todas muy parecidas, con Jesús semidesnudo, clavado en la cruz, con aureola, y a veces acompañado de María y Juan. En todas las imágenes se quiere demostrar respeto y veneración por Jesús.

Pero el graffiti de Alexámenos, como se conoce a esta primera representación de Jesús, muestra algo muy distinto. Es un grafiti realizado por alguien desconocido alrededor del siglo I d.C., en los muros de un edificio que servía como escuela de pajes en el Monte Palatino en Roma. El graffiti tiene una inscripción en griego que dice “ΑΛΕ ξΑΜΕΝΟϹ ϹΕΒΕΤΕ ϑΕΟΝ”, o “Αλεξαμενος σεβετε θεον”, que traducido dice algo así como “Alexámenos adora a su dios”. Me imagino que esto lo hizo un adolescente aburrido en clases.

Probablemente, el autor del graffiti quería burlarse de Alexámenos y su fe. O sea, la primera imagen que tenemos de Jesús en la historia es una caricatura ofensiva, tanto para Jesús como para los primeros cristianos e incluso los judíos, ya que durante el siglo I d.C. el cristianismo y el judaísmo aún no estaban claramente diferenciados. ¡El primer Jesús está representado en una herejía!

Esta imagen nos abre una puerta de infinitas preguntas (que es lo entretenido de la Historia): ¿Quién era el artista y por qué hizo el graffiti? ¿Quién era Alexámenos y qué cosas de su fe le había contado al resto? ¿Qué hizo Alexámenos cuando vio el graffiti? ¿Cómo era la recepción del cristianismo en Roma? ¿Será realmente Jesús el que está representado ahí o es simplemente un burro? ¿Por qué no hay más imágenes como esta en los muros de Roma?

¡Tantas preguntas sin respuesta!

A ustedes, ¿qué preguntas les surgen con esta imagen?

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