¿Cómo era nacer durante la Edad Media?

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Hace dos meses me convertí en mamá, y además de la alegría que trae el tener una hija tan linda y regalona como la mía (¿seré la primera mamá que piensa eso?), hay que reconocer que también es un proceso con enormes desafíos: hay que cuidarla, alimentarla, lavar ropa, pasear, consolar, lavar ropa, bañarla y lavar ropa (¡no sabía que un recién nacido requería tener que lavar tanta ropa!). En fin, quizás toda esta felicidad es tan grande debido a que es un gran desafío.

Obviamente no he tenido suficiente tiempo, cabeza y energía para poder leer e investigar todo lo que me gustaría, pero eso no quita que no pueda hacer algunas cosas. Puedo continuar practicando uno de los ejercicios más importantes al momento de estudiar Historia: hacer preguntas.

Por lo tanto, he seguido haciéndome preguntas, y como estoy en un momento de mi vida bastante especial, una de las preguntas que más se me ha venido a la mente es ¿cómo era nacer en otras épocas?

Estamos acostumbrados a que los niños nazcan en centros de salud, se vacunen, usen pañales desechables, los traslademos en coche y tomen leche en mamadera. Pero ¿qué se hacía en el pasado cuando ninguna de estas cosas existía?


Como soy busquilla, rápidamente miré en mi biblioteca y me puse a releer los libros Gente de la Edad Media, de Robert Fossier (2007) y La vie quotidienne au Moyen Âge (“La vida cotidiana en la Edad Media”, 2015), de Jean Verdon.

Ambos autores analizan cómo era nacer durante la Edad Media, aunque muchas de estas características no son exclusivas de esa época y son comunes a todo el período preindustrial.

En primer lugar, llama la atención lo poco que se sabe sobre el embarazo durante la Edad Media. ¿Será porque quienes escribían y dejaban registro de lo que ocurría eran en su mayoría hombres? ¿O porque cada mujer a lo largo de su vida se embarazaba cada dieciocho meses en promedio, por lo que un embarazo era “poco interesante” y no valía la pena documentarlo?.  

Al igual que hoy, un nacimiento siempre era un acontecimiento esperado y celebrado. Pero en aquella época, también era un momento cercano a la muerte. ¡Se cree que una de cada diez mujeres no lograba sobrevivir un parto difícil! Incluso si la madre no moría en el momento, estaba expuesta a desarrollar alguna infección tras el parto. Si bien hay algunos registros de la realización de cesáreas (que ya se conocían desde la Antigüedad), éstas se hacían sólo en el caso de que la madre hubiera muerto y se estuviera intentando salvar al hijo.

Este encuentro cercano con la muerte también afectaba al hijo que iba a nacer. Se cree que cerca de un 25 o 30% de los niños morían al nacer, y que muchos otros no alcanzaban los siete años. Si una mujer tenía en promedio diez embarazos en su vida, sólo cinco de sus hijos llegaban a la edad adulta. Sin embargo, por muy frecuentes que fueran, estas muertes eran consideradas una tragedia por la madre y su comunidad.

A diferencia de hoy, el parto era un momento y un espacio esencialmente femenino. Sólo estaban la futura madre y algunas mujeres expertas que atendían el parto. El padre no solía estar presente.

El lugar del parto variaba notablemente en los grupos sociales. Si bien había hospitales vinculados a centros religiosos en donde las mujeres podían tener a sus hijos, la mayoría tenía partos en casa. En la nobleza, la pieza del nacimiento se preparaba y con anticipación y se decoraba de forma magnífica. En Francia, la familia real tenía reservado el color verde para esperar al recién nacido.

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Por otra parte, las campesinas trabajaban en el campo hasta el momento del parto, por lo que algunas veces ni siquiera lograban llegar a su casa para tener a su hijo.

Una vez que el niño o niña había nacido era bautizado. ¡Era su entrada triunfal al mundo de los cristianos! En ese momento, el padre sí estaba presente, pero la madre no, ya que se consideraba impura hasta cuarenta días tras el parto.


En fin, es más fácil señalar las diferencias con nuestra época que las semejanzas, pero los niños durante la Edad Media eran queridos, cuidados y considerados una parte importante de toda comunidad. El nacimiento era muy especial, sólo basta buscar “Birth Middle Ages” en las imágenes de Google para darse cuenta de toda la iconografía en relación al parto (¡Los invito a hacerlo aquí!).

Luego de mi investigación, puedo concluir una cosa: ¡agradezco no haber tenido hijos durante la Edad Media!

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