Australia, incendios y Prehistoria
Ya se acerca fin de año, y pucha que a uno se le olvida lo frenético que es esta época, hasta que uno vuelve a vivirla. ¡Parece que todo se junta en un par de semanas! Los amigos que no viste en todo el año quieren juntarse, las navidades empiezan a celebrarse desde noviembre, hay que cerrar proyectos, enviar proyecciones para el próximo año, y tantas y tantas cosas que surgen todos los días.
Pensando en lo agitada de esta fecha, y leyendo el libro La gran historia de todo de David Christian (2018, Editorial Crítica), pensé en que, si vamos a hablar de momentos alborotados y locos, hay que hablar del poblamiento de Australia.
En realidad, solo al pensar en la Prehistoria uno se imagina un escenario extremo: personas semidesnudas congelándose dentro de una cueva intentando calentarse con un fuego triste, o cazadores huyendo de un animal feroz y gigante. Al parecer, no hay más opciones de cómo vivir en la Prehistoria.
Pero si vamos a hablar de Prehistoria, hay que entenderla como un periodo de una larga y compleja relación entre el hombre y la Naturaleza. La naturaleza domina al hombre, y el hombre a la naturaleza. Se aman y se odian (aww).
Y un buen ejemplo de cómo esta especie debilucha, sin colmillos, sin pelaje, con una vista y un oído mediocres, pudo cambiar totalmente un continente completo.
El ser humano llegó al suelo australiano hace más o menos 65 mil años , y como buen hombre prehistórico, buscaba cazar y recolectar. ¡Qué maravilla! En ese nuevo lugar podían encontrar muchos animales nuevos para comer, y lo mejor de todo, ¡es que eran gigantes!
¡Imagínense el festín que podían darse los primeros humanos en Australia! Y se lo dieron.
En muy poco tiempo la megafauna de Australia se extinguió, y se cree que fue por los humanos. Parece que como estos animales nunca habían visto a los humanos, no los consideraban una amenaza y simplemente no escapaban. Snif.
Con la desaparición de los grandes herbívoros se transformó el medio. Como ya no estaban estos grandes devoradores de plantas y, el aumento de las plantas secas llevó a un incremento muy fuerte en los incendios en Australia. El continente era una gran llama.
Las personas (¡mira que somos habilosos!) aprovecharon esta nueva situación, y usaron los incendios como instrumento para conseguir más comida: al manejar el fuego podían disponer de carne y verduras cocidas sin esforzarse tanto. Y si esperaban un tiempo, las cenizas fertilizaban el suelo y podrían sacar más provecho de los frutos que recolectaran de ahí.
Así, gran parte de Australia dejó de tener bosques densos y se convirtió en una gran pradera, y nuevas especies como el eucalipto pudieron desarrollarse con más plenitud.
Por supuesto, gran parte del estudio de la Prehistoria es especulación, pero qué fascinante pensar en el pasado de Australia, con incendios, megafauna y humanos golosos (casi tanto como nosotros cuando se acerca Navidad y Año Nuevo).